La perfección se define como el arte de querer ser siempre el primero, sin importar los obstáculos que se deban librar o las barreras que se tengan que superar, sin embargo, cuando este deseo de ser el mejor acaba por convertirse en una obsesión que maneja y manipula nuestra vida a su antojo, todo lo que vivimos puede tornarse en una especie de animal oscuro, un monstruo que solo nos percatamos de su existencia cuando ya es imposible derrotarlo.
Por: Natalia Rodríguez Maldonado
Periodista de Relaxed
El tema de la auto exigencia a límites inimaginables, es uno de los ejes centrales de la película ‘Black Swan’ (Cisne negro), dirigida por Darren Aronofsky, que una vez más demuestra porque es uno de los hombres que mejor maneja la construcción de personajes dramáticos, con un alto contenido psicótico; ya que son tan e cercanos a la realidad que es probable identificarse con algunos de ellos.
Este hombre ya le había mostrado al cine de qué estaba hecho cuando exhibió la película ‘Pi, el orden del caos’, en la cual la crítica, fanáticos y demás conocieron ese mundo psicológico y emocional en el que se sumergen los genios.
Aronofsky en esta oportunidad con ‘Black Swan’ coloca en las pantallas de todo el mundo la historia de una excéntrica, disciplinada y talentosa bailarina de Ballet ‘Nina’, interpretada por la actriz Natalie Portman, quien se convierte en la protagonista de la tradicional puesta en escena del ‘Lago de los Cisnes’.
En esta producción cinematográfica se narra con total precisión la vida alrededor del Ballet, ese mundo que no se conoce detrás de la música perfecta, los movimientos cargados de emoción y esas mujeres que día a día compiten por tener un papel protagónico en las exigentes presentaciones de esta danza, la cual no busca solamente alcanzar la identificación con el público, sino lograr una unión entre cuerpo, rostro y alma, que por supuesto no deja espacio para los errores.
La competitividad, las envidias y ese deseo por figurar están a flor de piel, una realidad que no escapa a la mente de Aronofsky, quien con el personaje de ‘Lily’, interpretado por Mila Kunis, logra esa parte humana oscura y real de quienes anhelan cumplir sus sueños, sin importar el precio.
‘Nina’ es una mujer de contrastes, pero que gracias a la sobreprotección de su madre, ‘Erica Sayers’, interpretada por Barbara Hershey, logrará momentáneamente que su hija siga viviendo en un mundo rosa, plagado de muñecos, aunque la misma presión de esta madre excesivamente cuidadosa, sólo acelerará la exhibición de la parte lujuriosa, sexual, libre y natural de ‘Nina’.
‘Black Swan’ es una producción que transita por los complejos y hasta detestables estados emocionales de la mujer, que parecen hacerse más visibles cuando de una artista que busca la excelencia se trata.
El director, en una perfecta selección de casting, incluye en medio de este complicado mundo al director de esta compañía de Ballet, ‘Thomas Leroy’, interpretado por Vincent Cassel, quien en una excelente creación de personaje, exhibe a un hombre frío, calculador y decidido, que no dudará en penetrar la intimidad de ‘Nina’ para lograr el éxito en la representación de su obra mejorada ‘El Lago de los Cisnes’.
Este personaje excesivamente masculino y hasta sexy en algunas escenas, logrará ser uno de los detonantes principales en los cambios de ‘Nina’, adentrándose cada vez más en esa parte oscura que ella misma desconoce por completo.
Esta historia recrea logra cómo el nacimiento de una nueva “estrella” significa el ocaso de alguna bailarina que en sus inicios también fue la más perfecta pequeña princesa, y quien más podría haber interpretado a esta reina en su tiempo final, que Winona Ryder, con el personaje de la eterna y magnífica bailarina ‘Beth MacIntyre’, una mujer que la compañía desecha por su edad, pero en la cual se ve hasta donde puede llevar el exceso de perfección artística.
La película mezcla realidad, magia, fantasía y psicosis de una forma casi imperceptible, narra de una forma ideal e incluso mágica cómo todos los seres humanos, tenemos una parte oscura, sicótica y hasta peligrosa dentro de nosotros, pero el deseo de adentrarnos en el lago de la perfección logra sacar a flote ese enemigo interno que todos de una u otra forma, llevamos dentro.
‘Black Swan’ gana también en dirección de arte, coreografías, maquillajes y movimientos de cámara, que logran transportar al espectador a universos de psicosis inimaginables, en los que se mezclan el carácter endeble y la fragilidad humana.
Por supuesto, la música de esta producción es factor determinante en cada escena de esta película, es una melodía que se inyecta en cada espectador que la oiga, pues ésta constituye el crecimiento y las transformaciones de la protagonista de esta historia.
Los expertos en estos temas, aseguran que una banda sonora cinematográfica perfecta, es aquella que sigue en la mente de los espectadores, aún cuando la película ya ha llegado a su fin. Si esto es cierto, Clint Mansell, hace un trabajo espectacular con la música, pues no se contenta con incluir piezas del gran clásico Tchaikovsky, sino que de paso otorga modernidad con algunos apartes del exitoso grupo inglés ‘The Chemical Brothers‘.
‘Black Swan’ es sin duda alguna, una de las mejores películas que han llegado al cine en este 2011, no en vano cuenta con todo el favoritismo de la crítica en cuanto a la dirección, interpretaciones protagónicas y de reparto, además de ser considerada la mejor producción cinematográfica de este año.
Un aliciente más para ver esta película es que la interpretación de Natalie Portman, una actriz que en una sola escena logra mezclar la pureza con la oscuridad, la sexualidad con la virginidad y que además fusiona el rojo de su sangre con el rosa de su niñez, merece por supuesto, más que aplausos.
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